Hola. Bueno, este lunes comienzo prácticas como administrativo en una editorial. Es decir, que llevaré cafés a correctores, editores y hasta al chico de los recados. Puede que no sea gran cosa pero tengo que adornar un poco mi curriculum para poder salir al mercado laboral un poco en condiciones. En principio estaré tanto agosto como septiembre, a la vez que termino el curso del INEM que estoy haciendo. Y después, a soltar curriculums.
Que dura es la vida del opositor rebotado.
¡Hola amiguitos!
Pronto, muy pronto, habrá buenas noticias desde el País de la Piruleta.
¡No se despeguen de su televisor!
Hola. Parece que por fin está ya claro como se me va a desarrollar el verano. Menos mal, tardo más y se me acaba por el camino.
Después de las dos oposiciones seguidas que tuve estaba tremendamente despistado, sin saber que hacer. Me dediqué a echar curriculums a troche y moche y luego me apunté a dos cursos para desempleados, uno de Administrativo Contable por la mañana y otro de Dependiente de Comercio por la tarde.
De los curriculums que eché me llamaron para un par de cosas pero o bien no me gustaron o bien al final no me cogieron. Una lástima un trabajo en una empresa de alquiler de coches: a mí me gustaba y yo le gustaba al jefe. Lástima que fuese imprescindible saber conducir bien y yo hace más de tres años que no toco un coche si no es como copiloto.
El curso de Administrativo Contable lo dejé. Lo empecé un mes después de su inicio e iba tremendamente perdido y la profesora se tenía que repartir entre el grueso de la clase, una chica rusa que había empezado tarde también y que tenía problemas con el idioma (¡pero que estaba buenísima!) y yo. Tratar de seguirlo me hubiese exigido dejar el otro curso que tenía por las tardes y dedicarle al menos tres o cuatro horas al día de estudio extra y sin ninguna garantía de que al final consiguiese entender que coño es eso de la contabilidad y cogerle el ritmo a los demás. A la semana de darme de cabezazos contra asientos contables lo dejé. Lo mejor de ese curso fue que había una chica clavadita a mi ex- (la lesbiana) y que una chica (que también estaba de un buenorra que quitaba el hipo) me dijera que "estaba en ese curso por pasar el día y que sus padres no supieran a que se dedicaba realmente por las noches". A qué se dedicaba, no me lo quiso decir. Según ella era mejor para mí que no lo supiera. Lástima, estaba tan buena que debería haberle preguntado CUÁNTO cobraba.
El curso de la tarde es de Dependiente de Comercio. El nivel pedido es más bien bajito. Pero es entretenido, es como volver al colegio. Hasta estamos haciendo paquetes ¿Qué hago ahí os preguntareis? Bueno, el curso se da en la misma academia en la que me preparé para la oposición del Estado. Después de la oposición me acerqué a la academia para poder llorarle un poco a la profesora que nos daba los temas de temario, una chica muy maja. Me preguntó que qué iba a hacer ahora y le dije que de entrada, hasta encontrar algo mejor, alguna cosa que implicara trato con gente como por ejemplo de dependiente de algo. El caso es que me dijo que ellos daban un curso sobre eso y comenzamos a hablar del tema. A mí me haría bastante ilusión trabajar en una librería y es posible que a través de los contactos que tienen en la academia me cogieran. Esa es la ilusión que me hace continuar, acabarlo y entrar en algo relacionado con libros. Vale, que trabajar con libros no es leerlos pero prefiero mil veces trabajar con libros que con, no sé, espejos. Aunque no me han prometido nada, de conseguirlo por ellos no podría estarles más agradecidos.
Así que en principio iba a estar todo el verano sólo con el curso éste por las tardes en julio y septiembre porque en agosto la academia cierra. Pero hete aquí que me han llamado de reponedor para un Eroski a media jornada de 7,30 a 11,30 de la mañana y lo he aceptado. Así no acostaré tan tarde que últimamente he estado yéndome a la cama con luz. En teoría empiezo el jueves. No es el trabajo de mi vida, pero así no me aburriré en verano.
Dicen que cuando no se tiene nada bueno que decir es mejor no decir nada y esa es una regla que trato de aplicar a este blog, ni escribir por escribir ni escribir post depresivos. Así que ese es el motivo por el que últimamente no escribo mucho y me dedico más al rollo comentarista.
No es que no me estén ocurriendo cosas, no. Es que las cosas que me ocurren están a caballo entre aburridas y deprimentes. Por hacer un ligero respaso de lo que han sido los dos últimos meses diré que son mi fracaso como opositor, mi nulo futuro laboral, el curso que doy de (Wow!) Dependiente de Comercio, una oferta de media jornada de reponedor en Eroski en la otra punta de la ciudad, una llamada de mi ex- (la lesbiana), las calabazas de la Chica con Poderes, el mordisco de una loca en plena zona de bares el sábado pasado y la terrible cadena de confusiones, despistes y casualidades que ha hecho que TODOS mis amigos se hayan ido este fin de semana a las fiestas de Teruel mientras que yo me he quedado miserablemente sólo en Zaragoza leyendo tebeos en ordenador y comiendo tostadas con queso.
Cada uno de estos puntos daría para un post independiente si no fuese porque no tengo ninguna gana de desarrollarlos y porque solo me gusta hablar de mi vida privada si es para bien o para criticar como una portera a alguien.
Así que permezcan en antena, dentro de poco les daré buenas noticias, espero. No por nada, sino porque cuando se toca el fondo de la piscina se puede hacer de nuevo impulso hacia arriba. O ahogarse.