fettuchini, el amargado.

Odio.

Ultimamente, siempre que miro el blog al día siguiente de una noche de marcha y borrachera, me encuentro borradores de posts no publicados cargados de hiel, llenos de amargos reproches hacia mis amigos y lastimeros lloriqueos sobre el por qué de mis enemigos. Son post cargados de rencor y odio. Llenos de una ingenua pretensión no expresada e imposible. Al día siguiente los encuentro, durmiendo pacíficamente en la carpeta de "borrador", y los elimino preguntándome como pudo ser que escribiese eso y no lo recuerde y agradeciendo a Dios que no lo publicase.

Mañana me encontraré este post, como todos esos días anteriores, pero no tendré la suerte de que sea un borrador. Estará ya publicado, mostrando mis vergüenzas, mis temores, mis malestares más profundos en público, desentrañando cuestiones que sobrio no consigo entender. Y negaré que este post haya sido escrito en serio, escribiré otro que lo desmentirá y afirmará que todo ha sido una broma; nada más que otro espectáculo cirquense sin sentido, tan queridos en este blog. Pero sabré que eso no es más que una cortina de humo cretina hacia la auténtica realidad que el post muestra.

Mañana, cuando revise el blog, este post estará publicado y ya no habrá vuelta atrás.