fettuchini, el amargado.

De marcha en pijama.

Hola. Anoche hice cumplí uno de mis más íntimo deseos, beber en bares en pijama.
Mi señora madre apareció la tarde de ayer con un pijama nuevo que había contado por la prodigiosa cantidad de 4 euros (¿he dicho que mi santa madre es una profesional de las rebajas y los mercadillos?) y, bueno, la chaqueta del pijama a mí me pareció una camiseta estupenda. Estupendísima, vamos. Así que me la puse ayer sábado para salir. "¡A ver si alguien se da cuenta de que he salido en pijama!"

¿Y creeis que se dio cuenta alguien?

Pues no, hasta me llegaron a decir que qué camiseta tan maja me había comprado.