Odio a los animadores profesionales, esa gente que cuando estás enfadado por algo, cuando hay algo que te carcome por el motivo que sea (bien que has suspendido un examen o bien que se te ha muerto el padre) te acosan con frases del tipo "¡Venga, arriba ese ánimo!", "¡Hala, alegra esa cara que no puedes estar así todo el día!". De hecho, ellos saben perfectamente que de ser su caso TAMBIÉN odiarían al que tratase de animarlos con esas chorradas.
Por otro lado, tampoco hay que ignorar los enfados ajenos y hacer como si no hubiese pasado nada. Enterrarlo muy hondo para hacer como si no ha pasado nada es como meter la basura debajo de la alfombra y cuando sale lo hace de la por manera posible y en el momento más inoportuno. Los enfados hay que hablarlos cuando se producen porque si no se maceran y terminan produciendo una bonita neurosis.
En mi caso, lo que mejor funciona cuando estoy enfadado es que venga alguien y me hable del tema más raro que se le ocurra. Eso siempre me levanta el ánimo.
Escrito por fettuchini a las 28 de Diciembre 2005 a las 07:02 PM