Odio salir.
Odio los bares.
Odio ligar.
Pero lo hago o lo intento cada fin de semana.
Odio ligar. Rara vez lo intento. Casi siempre es un desastre. Definiría ligar como "aquello que los demás hacen y yo no" si no fuera porque por esa definición ya me viene "follar".
Este fin de semana me entró una chica. Era mona.
- Chica: Hola, me suena tu cara.
- Yo: Pues no sé, mi cara es muy común.
- Chica: Pues me suena mucho
- Yo: Ummmm, ¿has estudiado Historia?
- Ella: Pues... no.
- Yo: ¿Que edad tienes?
- Ella: 19
- Yo: Ummm, definitivamente no nos conocemos de clase.
Ahí acabó la conversación. Pensé: "Joder, a ver si me ligo una tía así".
Diez minutos después, heineken en mano, me dí cuenta que me estaba entrando con todas las de la ley. O, al menos, me había dado pie a lucirme, cosa que tampoco es muy frecuente.
Llegados a ese momento me fui a casa.
Y a Dios gracias que no me tiré por el puente.