El cable de del ventilador cruza mi habitación. Cada vez que quiero entrar y salir, debo saltarlo por encima para no darme una hostia. El esfuerzo de agacharme y quitarlo es ligeramente superior al esfuerzo de cada vez que lo salto. Probablemente hasta que no me caiga no lo quite. Camino voy de ello: ya me he tropezado dos veces.
Escrito por fettuchini a las 3 de Julio 2010 a las 12:10 PM