6 de Abril 2006

England Belongs to me.

Cambrige es una ciudad curiosa. Prácticamente no hay coches en ella y todo el mundo va en bicicleta. Lo que, en un país en el que llueve tres veces al día (pincha aquí: foto) debería dar lugar a una cantidad enorme de constipados.

Pero bueno, empezaré desde el principio. En Inglaterra les gustan las colas y para el viaje de vuelta todo el mundo se ordenó en fila de uno para ir subiendo al avión ¿Y en el de ida? Bueno, en el avión a Londres (con salida en la misma Zaragoza) la cola para subir al avión se parecía más a lo que ocurriría si una macro-discoteca se prendiese fuego. La azafata de tierra se tuvo que poner a vocear a grito pelado que nos echaramos hacia atrás, que ella así no podía cortar los billetes. Como es natural la gente aún se apelotonó más hacia delante esperando que los demás fueran tan tontos como para hacerle caso y así adelantar puestos.

En principio se suponía que iba a ir yo solo a Inglaterra pero cosa de 15 días antes mi amigo Daniel (y hermano de Diego ¡Diego!, el interfecto al que iba a ver), que es un envidioso, se apuntó también y como no quedaban billetes para mi vuelo se cogió el del día de antes así que tuve que hacer el viaje de ida igualmente solo. Pero valió la pena la reunión (pincha aqui: foto) aunque solo fuese por la cantidad de ¿patos grandes? ¿avestruces pequeñas? que vimos.

Era la tercera vez que viajaba en avión. La primera estaba cagado de miedo, la segunda estuve indiferente. Pero esta estaba sobreexcitado. Durante todo el despegue oía en mis oidos la música de La Guerra de las Galaxias mientras destruyen la Estrella de la Muerte. El caso es que al final llegamos bien y menudo alivio: no había cogido el seguro de viaje, así que en caso de matarme mi madre no hubiese cobrado ni un duro de indemnización. Y eso mi madre no me lo hubiese perdonado.

En el aeropuerto de Londres se confirmaron mis peores sospechas: mi nivel de inglés está bajo mínimos. Me era casi imposible entender nada de nada y no digamos ya tratar de explicarme. Me veía hablando muy alto y muy despacio mientras gesticulaba como el Comisario García de "Los ladrones van a La Oficina". Primero me encontré a otra española que iba a la estación de autobuses así que me le apegué. La chica, aunque afirmaba haber estado ya allí, parecía saber donde estaba lo mismo que yo porque me llevó arriba y abajo del aeropuerto hasta que al final lo encontramos. Allí yo, caballeroso como siempre, le di mi mail y tal. Pero, vamos, si me escribe será un milagro porque la gachí se tuvo que pensar que estaba tratando de ligar con ella... que era exactamente lo que trataba de hacer. Así que crudo.
En la parada de autobuses me ocurrió algo mucho más raro, una de esas casualidades que uno ve en las teleseries y piensa que se ven venir a kilómetros: el autobús llegaba tarde y yo andaba así como nervioso porque no conseguía preguntarle al de las taquillas si sabía el motivo. El caso es que ví allí a un tipo con pinta de español y me dije que esa era la mía. Me puse a hablar con él y sí que era español y con un buen nivel de inglés. De no ser por él aún podría estar en la estación. El caso es que el autobus llegó más de media hora tarde y todo ese rato y los 45 minutos de viaje desde Londres hasta Cambrige los pasamos hablando y contándonos nuestras vidas. Al llegar a Cambrige le vino a recoger su novia y nos despedimos y al rato llegaron Diego y Daniel. Pues bien, le cuento lo del chico este con el que había venido:
Yo: "He venido con un chico que es de Cadiz"
Diego: "Ah, sí, hoy viene al piso el novio de Ana, que también es de Cadiz"
Yo: "Pues que casualidad. Este era Ingeniero Químico"
Diego: "... el novio de Ana TAMBIÉN es Ingeniero Químico"
Yo: "¿Y su avión no llevaría dos horas de retraso por casualidad?"
Diego: "Pues curiosamente, sí"
El caso es que, por si quedaba alguna duda, al rato de llegar nosotros al piso allí estaba él. Y es que el mundo es un pañuelo. Uno lleno de mocos, más concretamente.

Y por allí anduve tres días, haciendo turismo, comiendo en exceso (¡a la mierda el régimen!) y bebiendo más cerveza seguida de la que he bebido en mi vida. Es increible la cantidad de cerveza que bebe esa gente. Tú entras a un bar en España y ves a uno con una cocacola, a otro con una fanta naranja, otro con un nestea y un par bebiéndose unas cañas. Pues allí no, allí todo el mundo con su pinta de cerveza. Al final no podía con tanta cerveza y me tuve que pasar a las sidras y a las medias pintas. No estoy hecho de la misma pasta que los ingleses.
Estuvimos viendo los College que, la verdad, son muy bonitos pero visto uno vistos todos (pincha a aquí para fotos de Colleges a cascoporro: foto1, foto2, foto3). Nos dimos una paliza de 4 College en una tarde y al final no sabía decir cual era cual. De lo que sí que me di cuenta es de la poca seguridad que hay en inglaterra: meterte en las habitaciones de los profesores es tan fácil como quitarle un caramelo a un niño. Estos ingleses parecen desconocer el significado del concepto "puerta". Yo, como buen español, entiendo que si no quieres que alguien entre en un sitio hay que cerrar las puertas con llave. Ellos no. Ellos con poner un cartelito que ponga "CLOSED" ya dan por supuesto que es privado. El caso es que un ujier muy amable (es un decir) nos invitó a que nos marchásemos de la zona en la que estaban las habitaciones de los profesores. Después un tipo con pinta de Gran Maestro de ajedrez ruso (o de ser el Loco de las Coles, no lo tengo claro) nos explicó, a través de su tupida barba, como ir a un sitio por el que no le habíamos preguntado. Al final me quedé con el regumillo de no haber visto donde vive Steven Hawkings pero que le vamos a hacer. Por cierto, que muy curioso que cobraran por entrar a ver uno de los Colleges... pero solo en una de las cuatro puertas abiertas que tenía. Si te metías por las demás era gratis. Como somos así como tontos nos metimos por la que cobraban. En fin...

Daniel, que por lo general es una persona muy razonable, también estuvo todo el viaje con el resquemor de que en una tienda vendían monedas romanas (¡Pincha aquí para monedas romanas baratas!: foto) a 1, 5 o 20 libras según el material del que fueran y el grado de conservación. Cada vez que pasabamos por delante de la tienda se paraba a mirarlas y a comentar lo baratas que eran y que en vez de venderse en una tienda tendrían que estar todas en un museo. Y pasamos por delante de la tienda MUCHAS veces. Bueno, para una vez que no soy yo el que se pone pesado con un tema creo que podemos perdonárselo. Además, en la tienda tenían auténticas medallas Nazis a cosa de 60 libras (Y pincha aquí para medallas nazis: foto). Lástima que no llevara intención de gastarme mucho. Me hubiese encantado comprarme una Cruz de Hierro auténtica porque, vale, los nazis fueron de los hijos de puta más grandes que probablemente vea el mundo en toda la Historia pero en cuestión de medallas y uniformes eran lo más de lo más. Da gloria ver aquellos uniformes de malos molosos al estilo Star Wars. No se habrían hecho ni la mitad de películas sobre la 2ª Guerra Mundial de no ser por aquellos uniformes con los que, en vez de parecer que iban a la guerra, parecía que se iban a un baile de disfraces.

El segundo día tuve un momento extraño, un pequeño satori. Después de ver uno de los Colleges (no recuerdo cual) fuimos a parar a una plaza con una Iglesia y un mercadillo de artesanía. En ese momento el tiempo, que había sido fresco todo el rato, se caldeó y salió el sol. De repente, la música (entre moderna y folk) de un payaso callejero rodeado de una troupé de pre-adolescentes comenzó a sonar (Payaso y pre-adolescentes aquí: foto). Compré un helado haciendo uso de mi inglés de cantimpalo ("Hello, one ice-cream of chocolat, one pound, thanks") haciendo que se riera el heladero.... y en ese momento me di cuenta de que ESE sería el RECUERDO que tendría del viaje, la foto mental que guardaría de aquella excursión. Nos quedamos con las ganas de comprarle al payaso el CD que vendía porque la verdad es que no sonaba nada mal.

Como ya he dicho al principio del post en Cambrige no hay apenas coches, todo son bicicletas. Y como la ciudad está, literalmente, llena de orientales aquello parecería Hong Kong ("la isla secleta de los pilatas") si no fuera porque todos los edificios son del estilo inglés, ese de planta y piso con una ventana con las cortinas descorridas sobresaliendo. Que esa es otra, el concepto de "intimidad" tampoco parecen tenerlo muy asumido. La gente vive en primeros pisos que dan a la calle y se dejan las cortinas sin correr para que todo dios les vea. Y luego se quejan de que tener un carnet de identidad sería "perder su intimidad". ¡Pero si ellos de eso no gastan!
Ah, sí, otra cosa curiosa es que estos de Cambrige son tan guays que como en la ciudad no tenían ni una colina ni media se hicieron una artificial para ellos solitos (Aqui la colina artificial: colina). Cosas de ingleses. Parece ser que en una colina que habia allí allende los años hubo arriba un castillo pero viendo los dibujillos de como era más bien parecía una especie de atalaya céltica. En fin, que ni me enteré muy bien de que había ahí ni de por qué habían hecho la dichosa colina pero lo que estaba muy claro es que allí arriba hacia un viento que riete del Cierzo de Zaragoza (Foto cool sobre la colina aquí: foto)

Y llegamos a la parte interesante, la del alcohol y las lesbianas. Nosotros fuimos las dos noches al mismo pub, el Kambar Kambar, que es un pub de música indie y alternativa donde, las dos noches, pusieron canciones de Trainsppoting a cascoporro . Y allí estuvimos dándole a las Foster´s, la cerveza más barata que tenían pero que a mí me gustaba mucho. Al final casi me hice amigo de la camarera del lugar a fuerza de hacerla reir con mis dificultades idiomáticas cada vez que pedía una ronda, como cuando pedí 40 cervezas y me dijo si no querría decir 4. La gran diferencia entre los pubs ingleses y los españoles es el estado de los baños. En España ir a los baños da auténtico asco, al menos en los bares que frecuento. En alguno me abstengo de ir a mear a no ser que lleve puestas las botas de agua y en los demás siempre me he preguntado donde estará enterrado el muerto que se huele. Allí no. Los ingleses serán mucho más guarros que nosotros con su higiene personal (el otro día oí que se cambian de ropa interior una vez a la semana, hasta yo me cambio más) pero a la hora de mear dan gloria apuntando porque tienen las tazas que se podría comer en ellas. Y eso en un bar en el que la gente está borracha. Recuerdo, como nota graciosa, que la primera noche estuvimos hablando con una chilena que afirmaba que nunca había estado en el norte de España, que solo en Sevilla y Barcelona. Y no hubo manera de hacerle comprender que Barcelona está al norte, para ella Barcelona estaba en Andalucía.
Según me contaba mi amigo Diego, allí en Inglaterra la homosexualidad está mucho más normalizada que en España. Aquí ver a dos tías besándose todavía es motivo de cuchicheos y risitas en un bar que no sea de ambiente y ver dos tíos... bueno, puede peligrar su integridad física. Allí nadie más que un francés salidote, unos con pinta de italianos y yo parecíamos prestar atención a los distintos grupos de lesbianas que había por allí. Y es que una de las lesbianitas estaba de muy buen ver y, hombre, a uno le da morbo estas cosas, que le vamos a hacer (lesbianitas aquí: lesbianas). Hombres gays no vi ninguno, al menos ninguno ejerciendo de ello pero sí que había un tipo al que solo vi una vez (es curioso, en España rara vez me fijo en la gente que tengo a mi alrededor en los bares, pero allí se quedaban clavadas las caras de muchos de los que por ahí andaban) del todo parecía apuntar a que no iba a rivalizar con nosotros en la conquista de féminas. Aunque, claro, esto de la conquista tampoco es que sea lo nuestro. El único afortunado en la lotería del amor fue Diego, que jugaba en casa y tal. Dejó una cerveza vacía en una mesa y la tía que estaba sentada allí le hizo un gesto con el dedo para que se acercara. Allí estuvieron, con mucho jiji, jaja, te hablo a la orejita, te doy un besito. Y al rato vuelve. "¿Qué ha pasado?", le pregunto. Él, con la misma cara que Buda miraría a sus discípulos, me respondió "En casa te lo cuento". Por lo visto la muchacha le había sugerido que hicieran marranadas... ella, su amiga y el novio de su amiga. Y mi amigo no estaba, en ese momento al menos, por la labor. Y es que Dios da pañuelos a quien no tiene dientes. O algo así. Con la de hambre que hay en el mundo y él tirando la comida...

Regresando a casa del pub mi amigo Daniel se paró a mirar el candado de un jardín. Era un candado con 4 ruletas para meter la combinación y 10.000 posibles combinaciones. "Hala, venga", le dije y me adelanté, no fuese que nos viera un policía y la tuvieramos. Al minuto me alcanza todo sonriente y yo pensando "¿De qué se reirá este?" cuando veo el candado enorme que tiene en la mano. El muy cabrón había acertado en tres intentos la combinación. Si no lo veo no lo creo. Me estuve riendo todo el camino a casa pensando en el dueño de la casa al ver que lo único que le habían robado era el candado que tenía para evitar que le robaran. Al día siguiente el cachondeo fue mayúsculo cuando vimos en unos posavasos que ponía "Lock it or lose it" sobre la necesidad de poner un buen candado para que no te robaran. No nos pudimos resistir a sacar esta foto: Lock it.

Y es que así somos los españoles, tenemos el delito en la sangre. Y cuando salimos al extranjero aún más. Entonces no podemos evitar comportarnos conforme al tópico. Yo, sin ir más lejos, fui a Inglaterra con un chorizo, una longaniza, una maza de jamón y un queso curado. Como si hubiese salido de los mismísimos "Los Serrano", caramba. Pero claro, peor hubiese sido comer de llo que tienen ahí (restaurant) que aún no me he recuperado del Rost Beef aquel.

P.D. para despistados: como el HTMl da pena donde veas "pincha aquí o similar pincha en el hueco adjunto para la foto.

Escrito por fettuchini a las 6 de Abril 2006 a las 01:28 PM
Comentarios

Jejeje... Este es largo también ¿¿eeh??. Me he reido mucho. Jaja... Sobre todo con lo del candado.

Escrito por borrajax a las 6 de Abril 2006 a las 04:52 PM

Q bueno :).

Este verano voy a Irlanda y dicen que los ingleses son el termino medio entre españoles e irlandeses... es decir, peor todavía xD.

Por cierto, me he reido un buen rato :P.

Escrito por Träne a las 6 de Abril 2006 a las 05:54 PM

Q bueno :).

Este verano voy a Irlanda y dicen que los ingleses son el termino medio entre españoles e irlandeses... es decir, peor todavía xD.

Por cierto, me he reido un buen rato :P.

Escrito por Träne a las 6 de Abril 2006 a las 05:55 PM
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