En cuanto alguien utiliza la palabra "fascista" en una conversación sé que ha llegado el momento de huir corriendo. Literalmente. Por lo general el uso que va a hacer de ella va a tener tanto que ver con su verdadero significado como el que "hijo de puta" tiene con el hecho de la profesión de tu madre y con casi total seguridad lo que la acompañe en la frase va a ser una tontería.
Y la afirmación anterior es absolutamente independiente de la ideología del que diga "fascista". La única norma es que cuanto más extremista es alguien con más facilidad pero con menor significado acudirá a su boca.
La última vez que me pasó no sé como habíamos terminado hablando sobre toros, sobre si es un espectáculo cruel y retrógrado. Mi interlocutor dijo "A los que les gustan los toros son unos asesinos y unos fascistas." Ante semejante declaración solo volver a aplicar mi plan de acción: huí corriendo tan rápido como pude y no paré hasta llegar a casa.
Escrito por fettuchini a las 16 de Febrero 2006 a las 02:29 PM