13 de Febrero 2006

El alimento de los dioses.

Lo que más me ha gustado siempre de las galas de entrega de premios de cortometrajes es que se come gratis. Y la mayor parte de las veces también se bebe gratis. Las borracheras en estas galas suelen ser el orden natural de las cosas.

Como todo el mundo sabe, el alimento tradicional del cortometrajista profesional es el canapé. Concretamente el canapé gratuito. Un cortometrajista de verdad jamás rechaza un canapé. Supongo que los cortometrajistas buenos que van de gala en gala y de festival en festival tienen que terminar hasta los mismísimos de comer canapés pero yo, chico, que soy un mindundi en esto de lo audiovisual lo cierto es que no me canso. De hecho, soy conocido por eso; por mi afición a los canapés.

Y el arte de comer canapés, como todo en esta vida, tiene también su misterio. Todo buen cortometrajista sabe que tiene que marcharse de la gala 5 minutos antes de que termine para poder posicionarse en las mejores mesas (las que tienen el jamón o los canapés de sucedaneo de caviar) antes de que las señoras de los Concejales y Tenientes de Alcalde de turno salgan y te echen a codazos recubiertos de abrigos de pieles de segunda de ese Olimpo de los canapés. No hay forma humana de escapar a ese destino: las señoras de los jerifaltes locales SIEMPRE consiguen expulsarte de las mejores mesas. Por eso hay que tratar de meterte la mayor cantidad posible de canapés en los dos papos de la boca antes de que eso ocurra. Al estilo hamster.

Después de que te echen no queda más remedio que conformarse con los canapés de sobrasada y de queso.

En todo caso los mejores canapés, los más sabrosos, los que mejor te sabrán serán siempre aquellos que consigas comer en las galas en las que tú ni siquiera estabas seleccionado y en las que has conseguido entrar porque un conocido sí estaba seleccionado o porque conoces al organizador o porque un segurata no tenía un día muy bueno y miraba hacia el lado equivocado cuando tu te metías por detrás. Esos canapés los recuerdas toda la vida.

Y un consejo: peguénse al que gane el premio al mejor cortometraje, que algún cubatica seguro que te cae. Por majo.

Escrito por fettuchini a las 13 de Febrero 2006 a las 01:27 AM
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