5 de Enero 2006

Mañana me pongo a régimen.

Hola. Estoy orgullosísimo. Acabo de lograr batir un record personal de gordura: he superado los tres dígitos en la báscula. Por fin la escalada expansionista que sufre últimamente mi cuerpo ha llegado hasta una cifra icónica. Vamos, sabía que iba bien encaminado hacia tan elevada (de peso) causa pero no era ni de lejos tan optimista.

Afortunadamente, la señora que me ha pesado era endocrina y sabía que hacer en estos casos. Si hubiese sido mi amigo Sisa, que es tornero, me hubiese dicho algo así como: "Pero que gordo estás". Así que la recreación del asunto ha sido tal cual sigue:

“INTERIOR. HABITACIÓN.

Una consulta médica. En la habitación hay tres personas: un joven ligeramente obeso, una médica jovencilla y una señora que es la madre del joven y que se ha empeñado en acompañarle a consulta. El joven está siendo medido y pesado en ese momento.

- Médica: A ver...
- Joven: Mido 1,69.
- Médica: 1,68 dice el metro.
- Joven: Pues habré encogido. Mira que le tengo dicho a mi madre que no me lave tan a menudo.
- Médica (mirando imperturbable al joven, como si no hubiese tratado de hacer un chiste): ... y pesas 100 kilos.

En este momento el joven se desmaya de la impresión, debe acudir una grúa pequeñita para subirlo a una camilla y reanimarlo a base de sales.

Cortinilla de Estrellas y FIN.”

Así que aquí estoy, con 100 kilos. El tonelaje de un elefante pequeño. Maldita sea, sabía que no tenía que haberme comido aquellos guirlaches en Nochevieja, de eso va a ser.

Según la señora endocrina debo seguir una dieta estricta de aire mezclado con fruta para perder unos 25 kilos. Bueno, vale, de acuerdo. A mí siempre me ha gustado el aire, si tengo ya costumbre de respirarlo a diario no veo porque comerlo va a ser distinto. Pero por lo que no transijo es porque en el gimnasio deba dejar de hacer ejercicios de máquinas a favor de más aeróbico. ¡Rayos y truenos! ¡No, no y mil veces no! Necesito ponerme musculoso, coño. Y no es haciendo estúpidos ejercicios con piernas como me voy a poner como un torete.

Menudo añito que llevo y eso que solo acabamos de empezar.

Ale, les dejo. Me tengo que ir a comer un par de estúpidas manzanas. Que Dios maldiga a esa endocrina y a todos sus descendientes hasta la séptima generación.

Escrito por fettuchini a las 5 de Enero 2006 a las 06:21 PM
Comentarios

snif snif, no estoy sola en este mundo hipocaloríco,...
Por cierto, mi endocrina la primera vez que me peso me dijo "no te da vergüenza haberte abandonado tan joven" Y a pesar de eso cada semana le pago 30 urazos. Me insulta, me mata de hambre y me saca los cuartos, escogí la carrera equivocada, cada vez lo tengo más claro.

Escrito por apio a las 5 de Enero 2006 a las 11:19 PM

¿30 euros? A mí mi endocrina tiene intención de torturarme gratis. Es lo bueno que tiene la Seguridad Social.

Escrito por fettuchini a las 6 de Enero 2006 a las 01:24 AM

hombre, ya que me tienen que torturar que almenos sea alguien con caché

Escrito por apio a las 6 de Enero 2006 a las 11:25 AM

Hombre, visto así...

Escrito por fettuchini a las 7 de Enero 2006 a las 11:03 AM

A mi el año pasado me torturaron a 80 euros la visita. Era terrorífico. Lo cierto es que acabé perdiendo los 13 kilos que me sobraban... Pero la cruda realidad es que cuando dejé de pagar, los kilos volvieron mágicamente. Así que este año he decidido que no visito a la bruja de los 80 €/visita, que trataré de repetir el mismo régimen sin ella por medio. A ver si funciona...

Escrito por Flor de Ceniza a las 8 de Enero 2006 a las 05:31 PM
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